Por Dora Inés Vivanco en “Encuentro de Artistas y Agentes Culturales Afrodescendientes. Imaginación Radical Afro / IRA”, organizado por el Colectivo de Artistas Agua Turbia.
Octubre de 2016. Colombia ha avanzado en materia legislativa para garantizar el reconocimiento de los derechos individuales y colectivos del pueblo afrocolombiano, su participación efectiva en espacios de toma de decisiones que redunden en el cierre de brechas de inequidad, así como en lineamientos para la incorporación de una educación pertinente a partir de la Cátedra de Estudios Afrocolombianos. Sin embargo, la normatividad y su implementación no redundan hoy ni en el mejoramiento efectivo de la calidad de vida, ni el reconocimiento de los aportes del pueblo afro a la construcción de nación; situación que se ve permeada por el racismo estructural y la discriminación que día a día viven los afrodescendientes desde su infancia, y que conlleva a limitaciones en los procesos de construcción de identidad étnico-racial, y en la aceptación de una Colombia pluriétnica y multicultural.
En este sentido, es un reto para las organizaciones sociales afrocolombianas, poder construir metodologías propias que fomenten el autorreconocimiento étnico-racial desde la infancia como parte de la defensa de los derechos humanos del pueblo negro, del pueblo afro; articular estas propuestas a los espacios de formación de la Escuela y la educación superior como parte de una apuesta diferente de construcción de país; así como visibilizar y resignificar la cultura y el arte afro, destacando el importante papel que han marcado en los procesos de resistencia y resiliencia en los territorios, posibilitando la pervivencia de las tradiciones, valores y relacionamientos propios de las comunidades, que va mucho más allá de la percepción eurocéntrica en la que “el negro” o “la negra” es “baile y sabor” desde una concepción de este como atracción o entretenimiento, y que reduce al afrodescendiente a un único lugar en el mundo.
Reconstruir, socializar y visibilizar las historias de la diáspora africana conlleva a la valoración de las personas afrodescendientes como sujetos de una historia diferente con la que pueden sentirse identificados, desde una resignificación de lo positivo, que les posibilita pensarse y proyectarse en otros roles, escenarios, y lugares en la construcción de nación y en la realización de proyectos de vida diferentes a los que han tenido oportunidad sus ancestros.
En ese sentido, desde la Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas CNOA se ha pensado la importancia de retomar lenguajes propios; re-construir contenidos que hacen parte de la memoria histórica afro y de la realidad de los pueblos negros; así como visibilizar experiencias de resistencia y pervivencia desde emprendimientos sociales afro que aportan a la construcción de paz desde la protección de derechos que han sido históricamente vulnerados por el Estado e invisibilizados socialmente. Estos emprendimientos sociales se han convertido en estrategias para hacer frente a la guerra , a la ausencia institucional, y para reconfigurarse desde lo colectivo en el empoderamiento de comunidades que buscan ser autosostenibles y gestoras de innovación social. En este proceso es cada vez más importante visibilizar las voces de los niños, las niñas y jóvenes afrodescendientes, que históricamente han sido invisibilizadas en las narraciones de la historia, la cual los ubica en lugares y roles que se asocian casi exclusivamente con la esclavitud.