Colombia dice ser un país pluriétnico y multicultural, un Estado que constitucionalmente reconoce la diversidad étnica y cultural de sus habitantes, donde los derechos para el pueblo afrocolombiano se pueden enmarcar en una falacia que trata de ocultar la real situación de vulneración de derechos y de racismo estructural hacia la población Negra, Afrocolombiana, Raizal y Palenquera.
En el día internacional de la abolición de la esclavitud desde la Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas C.N.O.A, conmemoramos esta fecha como uno de los avances universales de protección y de reivindicación de las personas y grupos poblacionales que la han sufrido, en especial el pueblo afrodescendiente, que representa no solo la pérdida de libertad sino también la existencia de pueblos que fueron expropiados de sus familias, culturas, territorios y cosmovisiones.
Con las transformaciones que socioculturalmente han tomado estas prácticas inhumanas y aberrantes, no podemos afirmar que efectivamente haya terminado la esclavitud en el mundo. Cuando vemos que en países como Haití y Colombia las condiciones de vida de las principales víctimas de este flagelo siguen inmersas en el abandono y el olvido institucional. Cuando seguimos padeciendo del “Genocidio Estadístico» y de las garras de un conflicto armado cruel y despiadado que atenta de manera histórica y desproporcionada contra nuestros niños, niñas, jóvenes, mujeres y hombres. Cuando la humanidad violenta nuestros derechos y no reconoce las carimbas psicológicas ideológicas y culturales que persisten en nuestras sociedades.