María Carmenza Ussa Tunubalá, mujer Misak, es el reflejo vivo de lo que representan miles de mujeres indígenas en Colombia y América Latina: líderes, profesionales, guardianas de la tierra, la cultura y la memoria de sus pueblos. Su caminar nos recuerda que las mujeres indígenas son el corazón de los procesos comunitarios, sostienen la vida colectiva y encarnan una resistencia que se hereda de generación en generación.
El 5 de septiembre, Día Internacional de la Mujer Indígena, es una fecha de memoria y dignidad que busca honrar a todas aquellas mujeres que, desde la diversidad de sus pueblos, luchan por el reconocimiento de sus derechos, la preservación de sus lenguas y la defensa de los territorios frente a amenazas históricas y actuales. Sin embargo, su aporte no puede limitarse a una conmemoración. Todos los días son una oportunidad para reconocerlas como protagonistas de la historia, constructoras de futuro y tejedoras de paz.
Las mujeres indígenas han estado en la primera línea de la defensa del territorio, de la vida comunitaria, de la espiritualidad y del idioma, entendiendo que en cada palabra y en cada práctica ancestral habita la continuidad de los pueblos. Son fuerza y sabiduría que transforma no solo a sus comunidades, sino también a la sociedad en su conjunto, porque nos muestran otras formas de relacionarnos con la naturaleza, con el tiempo y con la vida misma.
El legado de mujeres como María Carmenza y tantas otras se entrelaza con las luchas de las comunidades afrocolombianas y campesinas, donde se tejen alianzas y diálogos de incidencia política y social que buscan igualdad, equidad y justicia. Desde la Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas (CNOA), reconocemos que las luchas de las hermanas indígenas son también nuestras luchas, porque compartimos la defensa del territorio, la vida digna y la construcción de sociedades más justas e incluyentes.
Hoy más que nunca, es necesario visibilizar y amplificar las voces de las mujeres indígenas. Reconocer su aporte es un acto de justicia histórica, pero también una invitación a pensar en el futuro que construyen con su liderazgo, su resistencia y su sabiduría.