¡Los Mataron! ¡Los mataron como a perros y nadie hizo nada! ¿Por qué nadie hizo nada? ¿Tampoco van hacer nada cuando me maten a mí?
Esas palabras se las escuché a La Pola en algún momento, esas palabras no las he dejado de tener presente a diario desde el 28 de Abril cuando se conoció la primera muerte en Cali por salir a las calles a protestar.
Yo tenía tanto miedo de que todo saliera mal, pero igual quería salir a marchar, apoyar el paro, movimiento social a favor de los Derechos Humanos ante una Reforma Tributaria que nos iba afectar a todos. Tenía tanto miedo ese primer día a de la mano de mi mamá.
Yo soy egresada del Instituto Departamental de Bellas Artes en Cali, Licenciada en Artes Escénicas y afirmo cada que salgo a las calles, cuando veo tantas manifestaciones artísticas que no hay mejor forma de buscar cambio que por medio del arte y sí, se metieron con la generación que estudia Artes en Colombia y no tiene nada que temer.
Caleña de nacimiento y amante de mi ciudad. Cali ha sido la ciudad más golpeada de Colombia y la que más muertos ha tenido en estos días de paro (y seguimos sin conocer la cifra exacta), heridos, daños a bienes públicos y privados, desaparecidos, así como grandes movilizaciones y concentraciones, desde el día uno Cali Burning y cómo no hacerlo si tiene una población que sufre de clasismo y racismo estructural a diario.
Según el DANE, en Cali los Pobres son aquellos con ingresos al mes de $ 331.781 o menos, los Vulnerables están entre $ 331.688 y $ 653.781, quienes están en la Clase Media tienen ingresos entre $ 653.781 y $ 3’520.360 al mes y la Clase Alta son las personas que reciben $ 3’520.360 o más.
En Cali al son que nos toquen bailamos y nos cansamos del guaguancó de la injusticia, son tantas las personas que han sido víctimas del estado y somos muchas más las decidimos salir a las calles. Existe una Primera Línea que pone el pecho a las balas en cada punto de Resistencia que no pensamos dejarlos solos.
Tenemos lugares que durante este proceso han sido renombrados como Paso del Aguante, Puerto Resistencia,Puerto Madera o Apocalipso, La Loma de la Dignidad, Siloé, Uniresistencia, Sameco, Juanchito, Puente de las Mil Luchas, La Luna y otros que se me escapan, en esos lugares nos han echado tantos gases que ya nos acostumbramos a respirar su veneno.
Entendimos que el trabajo colectivo es prioridad ante el individualismo y por esa razón, en las grandes marchas convocadas durante estos tiempos se ve caminar juntas a personas de estrato uno hasta estrato cinco.
Hace días volví a escribir uno de mis poemas, esta vez como símbolo de resistencia y con ganas de que salgamos vencedores, que terminen las muertes, que se encuentren los desaparecidos, que cesen las lágrimas de los que lloramos inocentes y los agresores no queden impune.
Ahora sabemos que cuando el rio suena, muertos trae, que la ciudad está militarizada y no podemos descansar como solíamos hacerlo, sin embargo prefiero seguir hablando de lo positivo.
Podría contarles muchas cosas maravillosas que hemos logrado y las que faltan, podría seguir soñando y caminando, quisiera recordar todos los nombres de los que han caído, pero hay mucho que queda por hacer y lo realmente importante está en mantener la motivación de que se nos garantice la vida, una vida digna, no solo a quienes son parte de las Líneas en la lucha, sino de las personas en nuestros territorios y así logremos vivir en un país mejor.
La Editorial C.N.O.A., es un canal de comunicación abierto del pueblo Afrocolombiano, Negro, Raizal y Palenquero. Los artículos publicados aquí manifiestan las opiniones de sus autores/as