En el Día de la Niñez, es fundamental reconocer la importancia de los niños y niñas afrocolombianos, negros, raizales y palenqueros como portadores de memorias, saberes y culturas ancestrales que enriquecen la identidad de Colombia. Desde sus primeras infancias, estos niños y niñas representan la continuidad de tradiciones, lenguas, prácticas espirituales y expresiones artísticas que han resistido siglos de historia y que son vitales para la construcción de una sociedad más diversa y justa.
Su presencia no solo fortalece el tejido cultural del país, sino que también simboliza la esperanza de un futuro donde la equidad y el respeto a las diferencias étnico-raciales sean una realidad. Cada niño y niña afrodescendiente es un guardián de su territorio, un sembrador de paz y un actor clave en la transformación social de sus comunidades y de la nación.
Garantizar sus derechos, promover su participación activa y reconocer su identidad desde la infancia es un compromiso ineludible para avanzar hacia una Colombia que celebre y proteja su riqueza multicultural. En ellos y ellas habita la fuerza para continuar construyendo un país con más vida, dignidad y libertad.